Hoy en Proyecto Coach rescatamos una gran entrevista realizada al maestro Francisco Seirul.lo por Jesús Cuadrado Pino y recogida en Training Fútbol. La entrevista la hemos dividido en dos partes, por un lado las preguntas de metodología y por otro lado las preguntas de planificación.
Para la orientación de la metodología del entrenamiento en el fútbol, ¿hemos de partir del modelo de juego o de la persona?.
Si partimos de la observación del juego como modelo cometemos un grave error, pues todos los modelos de juego son coyunturales, incluso si tomamos como modelo uno ideal construido por el propio entrenador. Por lo tanto, la metodología debe ajustarse a lo que la persona es capaz de hacer, categorías que sabe procesar, dependencia o independencia del campo en sus tomas de decisiones, la predicción o acomodación a los acontecimientos y demás elementos que configuran su personalidad competitiva.
Es realizar variadas funciones en el terreno de juego, tenga quien tenga el balón, que permitan optimizar las condiciones actuales del propio equipo para la consecución del objetivo, el gol, en los sucesivos e inmediatos episodios del juego, que por ciertas de aquellas funciones se hubieran inducido. Cuando esto se hace durante todo el tiempo de duración del partido, se puede decir que ese equipo jugó bien.
¿Es posible la aplicación de una metodología de trabajo que nos permita lograr un gran equipo a largo plazo y la obtención de resultados inmediatos?, o dicho de otra manera: ¿se puede trabajar sentando las bases para el futuro y consiguiendo resultados en el presente?
Cuando la metodología se centra en el jugador sí es posible. Pues de una parte lograremos la optimización de sus capacidades, lo que repercute en los logros inmediatos del presente del jugador. Si sucede que este jugador tienen un nivel de optimización superior al de sus adversarios, está en la vía para la obtención de resultados inmediatos. Por otro lado, cuando esta optimización de capacidades se hace respetando los procesos personales de auto estructuración, estamos sentando las bases de la futura evolución del jugador. Es necesario, para todo esto, plasmar objetivos individuales en la planificación y desarrollar proyectos a largo plazo con fases inmediatas del proyecto, asentadas en la particularidad de nuestros jugadores.
Dado que el fútbol es un deporte de habilidades abiertas, la metodología del entrenamiento táctico, ¿no debería basarse en juegos y ejercicios en los que el jugador tenga que estar buscando continuamente soluciones?.
Así es, pero esta búsqueda debe tener unos “criterios de búsqueda” para que las situaciones propuestas por el entrenador sean analizadas bajo esos criterios. De esta forma, el entrenador puede proponer situaciones donde se establezcan variables que pueden ser tratadas por el jugador según sus actuales capacidades y que de una forma inequívoca le proporcionen la optimización en una determinada dimensión. Única forma de poder planificar la práctica por parte del entrenador y controlar el estado de optimización de sus jugadores.
Las ciencias del entrenamiento que se aplican a la metodología de deportes individuales, ¿son suficientes para lograr el mejor estado de condición física en los deportes colectivos?.
Son suficiente soporte para construir sobre ellas las metodologías que se aplican a esta otra categoría de deportes. La metodología del entrenamiento de fuerza para un halterófilo, de nada nos vale para entrenar la fuerza del fútbol, pues en este deporte no se mide el rendimiento por el total de quilos levantados en dos tiempos o en el total olímpico. Pero los principios de la halterofilia son válidos para todo el entrenamiento de fuerza para cualquier especialidad deportiva, son por lo tanto la base sobre la que debemos construir la metodología específica de los deportes de equipo que requieran fuerza. Lo mismo sucede con la velocidad y demás métodos que permiten desarrollar esta categoría de capacidades.
El nivel de condición física, ¿juega un papel determinante para el rendimiento en el fútbol?.
Es evidente, pues la condición física es el resultado y confluencia del estado de optimización en que se encuentren las capacidades condicionales del jugador. Éstas, deberán encontrarse en un estado continuo de desequilibrio, producto de su interacción con el resto de capacidades que configuran la estructura del jugador de fútbol, en un momento de su vida deportiva, para lograr el máximo rendimiento en ese nivel. El jugador puede desarrollar las técnicas del juego a lo largo del partido porque tiene el soporte de las capacidades condicionales, si estas se detienen, si no se ajustan a un desequilibrio constante, el jugador pierde potencia prospectiva limitando mucho su progreso en los logros de su juego, disminuyendo sustancialmente su rendimiento.
¿Cuáles crees que son las verdaderas necesidades de optimización del rendimiento en el fútbol?.
Optimizar el rendimiento en el fútbol desde la perspectiva del jugador, es optimizar todas sus capacidades en las dimensiones que requiere esa actividad. Debemos determinar estas dimensiones en el ámbito de las capacidades condicionales, coordinativas, cognitivas, volitivas, expresivas... que configuran la estructura del jugador. Para realizar esas determinaciones disponemos exclusivamente de la observación del jugador inmerso en la práctica específica que realiza junto a sus compañeros, el entrenador, el propio jugador y sus oponentes. Por lo tanto, las necesidades se van creando y definiendo siempre que seamos capaces de ver lo que la práctica específica nos ofrece, que es todo. ¿O es que no nos muestra necesidades de optimización de ciertas capacidades de un delantero, el defensa contrario que deja que “le encare”, dejándole “salir” por su izquierda donde siempre le quita el balón?.
En la metodología del entrenamiento en el fútbol, ¿pueden utilizarse en algunos casos los aportes de las ciencias del entrenamiento para deportes individuales?, o ¿esto no debe aplicarse nunca?.
Esta pregunta está contestada en parte anteriormente. Si queremos ser eficientes en las propuestas de entrenamiento, debemos hacerlas desde las necesidades que el jugador tiene ante la práctica del deporte que esté realizando, pues esto es lo que han hecho los deportes individuales. Si queremos mejorar la velocidad necesaria para recibir el balón de un compañero y sin incurrir en fuera de juego, debemos entrenar la velocidad en las condiciones de variabilidad en que se presentan estas situaciones de juego, respetando las condiciones metodológicas del entrenamiento de velocidad, pues esto es lo que han hecho los deportes individuales.
En el fútbol, la mejora de un solo aspecto del rendimiento ¿puede alterar el rendimiento integral?, es decir, el aumento de una cualidad de forma analítica y sin entrenar las demás, ¿puede empeorar el rendimiento el equipo en el partido de competición?.
En términos absolutos sí, pues no hay ningún deporte en el que mejorando sólo una cualidad entrenada de la forma que sea se pueda rendir. Pero la primera parte de la pregunta precisa de un pequeño comentario. En primer lugar, fijar un sólo aspecto del rendimiento, por ejemplo la velocidad, supone entrenar un grupo de capacidades y sistemas del jugador que confluyen en la mejora de esa cualidad. Desde la perspectiva del jugador, es optimizar prioritariamente algunos de sus sistemas que le permiten interactuar con el entorno en una dimensión dentro de los episodios del juego que está siendo evaluada como velocidad. Este ajuste interno, que continuamente provoca el entrenamiento, es su Teleonomía, su determinada organización interna de todas sus estructuras, en vistas a la consecución de cierto proyecto interno. Este ajuste e interacción entre sistemas o estructuras, debe mantenerse en un desequilibrio constante para poder estar en predisposición de optimización. Para esto, las situaciones de
entrenamiento no pueden ser analíticas, pero tampoco cerradas ni homogéneas y
obligan a los entrenadores a construir otro tipo de situaciones de entrenamiento que son
también específicas para los deportes como el Fútbol.
Diseñar la forma y la cuantificación de la carga del entrenamiento en el fútbol en función de la competición, ¿puede significar que el mejor entrenamiento es un partido de once contra once buscando las mismas condiciones que se dan en los partidos oficiales?.
Primero deberíamos plantear que los partidos en “casi” situación real a la de competición durante los entrenamientos deben ser utilizados únicamente como síntesis de los procesos de optimización diseñados en el ciclo de entrenamientos previos a la realización de esa sesión-partido, puesto que éste es un medio muy válido para evaluar la conformación e integración de aquellos procesos a la simulación de competición. Debemos decir además que, sólo utilizando el tiempo como cuantificación de la carga de tales partidos, estamos desaprovechando innumerables otros elementos que pueden aportarnos conocer valores cualitativos de las adquisiciones del jugador. Por lo tanto, no es el mejor entrenamiento, porque si su supuesto objetivo era reproducir las condiciones de la competición, no lo logra y el mejor entrenamiento es aquel que logra reproducir fielmente una situación para que el jugador que participa en ella optimice ciertos sistemas que son reconocidos inequívocamente, como de participación necesaria para resolver esa situación propuesta. Es un entrenamiento bajo el método de competición que por ser muy específico, su utilización debe ser sopesada como la de cualquier otro método de entrenamiento y así indicarlo en los programas planificados de entrenamiento.
Es correcto el calentamiento en el fútbol, tal y como se realiza ahora, de manera estandarizada?.
El calentamiento es la introducción a una práctica física de entrenamiento o competición. Los calentamientos estandarizados solo pueden ser utilizados previamente a la competición, cuando se ha comprobado que es la mejor propuesta a la individualidad ¡¡Este es mi calentamiento!! Los calentamientos para las sesiones, deben mantener una pequeña parte de “alerta fisiológica” propia del jugador individual y luego otra parte adecuada a las demandas de los contenidos de la sesión que se realice, por lo tanto no estandarizado.
¿Qué parámetros hay que tener presentes para lograr el verdadero estado de forma deportiva en el fútbol?.
El definir el estado de forma en un deporte de equipo, entraña cierta dificultad, pues la evaluación del estado de forma ha de hacerse desde un paradigma ecológico y no sólo del simplista tradicional realizado por métodos cuantitativos referidos al resultado. Partimos desde el conocimiento del nivel de Teleonomía de nuestros jugadores y utilizamos el método hipotético-deductivo consensuando lo más posible con lo que la realidad nos informa y somos capaces de procesar. Así debemos plantear hipótesis sobre el estado de forma de nuestros oponentes y deducir las implicaciones que ello tiene sobre la planificación del entrenamiento de nuestros propios jugadores implicados. Debemos contrastar las hipótesis de nuestro proyecto inicial, sobre los objetivos en las diferentes competiciones en que participamos, con el estado actual de la competición que nos ocupa, para deducir las estrategias más convenientes de nuestro entrenamiento, para no afectar al resto de las sucesivas competiciones. Debemos hipotetizar también sobre cómo los medios valoraron nuestra última participación en esta competición y cómo lo hace nuestro propio club, para deducir el alcance de tomar riesgos en la planificación de los contenidos o no hacerlo. Todas estas premisas, y algunas más, deben ser tenidas en cuenta para comprender y poder lograr el verdadero estado de forma del jugador, que debe atender al propio nivel, al de él respecto a sus compañeros, al de sus oponentes, a las exigencias de la competición y al que esperan el entorno socio-cultural de ese momento. La definición simplista cuantitativa por el resultado alcanzado, es la del aficionado que acude al campo, el técnico y su equipo, debe utilizar el paradigma ecológico para poder controlar el estado de forma y cuantificarlo en cada uno de estos ámbitos, diseñando medios específicos para alcanzarlo.
¿Qué tipo de metodología ha de emplearse para lograr un estado de forma homogéneo de todos los jugadores del equipo, o no es necesario buscar ese estado de forma homogéneo?.
No es necesario un estado de forma homogéneo para todos los jugadores, asunto que es además imposible. Atendiendo a las premisas de la anterior pregunta, debemos lograr un estado de forma adecuado y suficiente, no el óptimo ni homogéneo para todos, pues cada jugador debe resolver distintas situaciones durante el partido y aunque sean las mismas no tendrá que realizarlas en los mismos parámetros espaciotemporales que cualquier otro jugador de ese mismo partido, lo que modifica sustancialmente sus necesidades de forma deportiva.
¿Un futbolista con un nivel condicional muy bajo, o en baja forma, puede resolver de una manera eficaz funciones específicas en un puesto determinado, y hacerlo con un buen rendimiento para el equipo?.
Si entendemos el estado de forma desde la evaluación por el resultado, los jugadores que por su demarcación en el campo tienen como función la realización del tanto, pueden, de manera esporádica, ser determinantes para la consecución del gol de la victoria y lograr el buen rendimiento del equipo aun estando en un penoso estado de forma, que al menos deberá permitirle ejecutar un cierto número de funciones eficaces. Desde la perspectiva Ecologista, esto es un planteamiento no deseable, que a la larga destruye el rendimiento del equipo, a no ser que en el proyecto inicial se contemple esta opción y sea aceptada por el equipo y la entidad deportiva.
¿Cómo pueden integrarse el desarrollo de las capacidades biomotoras y de las habilidades motrices generales para transferirlas en elementos específicos para la competición en el fútbol?.
Los procesos de transferencia son en la teoría científica muy problemáticos y además todas las llamadas habilidades y capacidades biomotoras generales tienen, en el mejor de los casos, un más largo camino de transferencia, si lo hubiera, que las específicas. Este tiempo de transformación largo no existe en los deportes de largo periodo de competición, por lo que deben ser desechadas de la práctica del entrenamiento en estos deportes, que no permiten estar en un cierto grado de forma general, nada rentable en las continuas competiciones de su largo periodo de competiciones.
AUTOR: Jesús Cuadrado Pino
FUENTE: www.slideshare.net
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